Para efectuar el pegado se humedece previamente el pergamino y a continuación se le da una mano de engrudo. Cuando ha tomado la adecuada blandura se aplica sobre el libro, procurando no estirarlo ya que esta piel cede fácilmente y luego al secarse se contrae tomando su primitiva textura, lo que produciría el abarquillamiento de las tapas, defecto que posteriormente no se puede corregir.
La encuadernación con pergamino y nervios es una de las más apreciadas por los bibliófilos. Según sea la clase de libro que ha de llevarla así ha de ser la elección del pergamino. Si se trata de un libro moderno, el pergamino será lo más blanco posible, al contrario que cuando haya que aplicarlo a un libro con sabor antiguo. Entonces se oscurecerá con papel color paja, y cuando esté terminado, se le pasará el bruñidor para darle el tostado del tiempo.
A continuación el trabajo realizado por el alumno Pedro Ruiz maya Torralbo:
Seguidamente el trabajo de Juan Carlos García Lora:
A continuación el trabajo de la alumna Ana Beatriz Fernádez Ibañez:
Por último el trabajo realizado por Manuel Ángel Puchol Enríquez:
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