Fue una mañana
del 29 de diciembre de 1711, EL rey iba a dar el visto bueno para contar con
una gran biblioteca que destacara, desde un principio, por su carácter público.
Una biblioteca que fuera la piedra angular sobre la que levantar de nuevo un
imperio más allá de las armas, de los cañones y de las conquistas.
Los libros arden
muy mal a una temperatura de 20 grados centígrados más menos dos, y a una
humedad relativa del aire del 45% más menos cinco. Pues de este modo se conservan
las joyas bibliográficas en la Biblioteca Nacional. Imposible que ardan. No lo
han hecho durante trescientos años, y así han llegado hasta nosotros en su tricentenario, no podemos dejar de hacer una visita en este año 2012 lleno de actos y celebraciones conmemorativas.
Estas son algunas de las
joyas de la corona bibliográfica:
Leonardo
da Vinci: Códices Madrid I y II. Manuscritos autógrafos que
permiten al lector reconstruir el proceso creativo de una mente prodigiosa. El
I aborda la mecánica y la estática, el II describe la técnica de reproducción
de medallas y obras plásticas en bronce.
Christian Sgrooten: Orbis terrestres tam geographia quam chrographia
descriptio… Joya de la cartografía universal. Se conservan dos
versiones manuscritas, una en Bruselas, y la de la biblioteca nacional. El
atlas está compuesto por 38 mapas. Desde Irlanda a Austria, dos mapas de los
Hemisferios, otros dos de la tierra santa y se extiende a Francia, Escandinavia
y Rusia.
Alfonso
X.
cantigas de Santa María.
Dante
Alhighieri. Escrita entre 1306 1320.
Lope
de vega. La dama boba. Es uno de los escasos manuscritos
autógrafos que se conservan de las más de cuatrcientas comedias creadas por
Lope de vega. El manuscrito, con una portadilla del siglo xix, contiene tres
cuadernillos con foliación original independiente.
El
Quijote: en 1865, en la memoria de adquisiciones se da
cuenta de la llegada a la biblioteca nacional del ejemplar de la primera
edición del quijote, la obra magna de miguel de crevantes, gracias a la
donación de un joven estudiante residente en teruel.
Beato
de liebana: Commentarius in Apocalypsin, procede de
la biblioteca del marquez de mondejar, a finales del s. xvii fue requisado por
Felipe v durante la guerra de sucesión.
Los mapas de ptolomeo: Se compone de
ocho libros que se agrupan en tres partes. Hace cuatro años, uno de los
documentos robados en la Biblioteca Nacional, recuperado en Sidney, fue un
mapamundi de ptolomeo.
En la biblioteca
nacional nunca se pone el sol. No hay verano ni invierno. En su sanctasanctórum
se respira a 20 grados centígrados.
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