Invención patentada por el encuadernador inglés Philip Smith, consistente en
una estructura de encuadernación en la
que las tapas proyectan el lado del lomo sobre la zona habitual del juego de
las mismas.
Con esta estructura, cuando el libro esta abierto
desde el centro de sus hojas, las dos solapas que han de tener bordes que se
encajen, se pueden encontrar en el centro del lomo cubriéndole y resultando una
superficie continua lisa.
Las tapas no se pueden abrir más de lo necesario,
pues de hacerlo, se obstruiría con la otra tapa en esta parte prolongada del
lomo. De esta forma se previene el desgaste habitual de la línea que forma el
juego de las tapas en las encuadernaciones tradicionales y que tiene tendencia
a romperse con un uso intensivo.
En este modelo de encuadernación el lomo puede
tener, aunque no es necesario, un revestimiento.
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